Recien duchandome me acorde de alguna historia que lei hace
tiempo sobre unos aborigenes y la llegada de los colonizadores. No me acuerdo
que pais. El texto describia en detalle el choque de culturas, los puentes que
se intentaron tender entre estas, los que se tiraron abajo, ese tipo de cosas.
Te mostraban las luchas idiomáticas y esfuerzos por entenderse, las
conversaciones y las pequeñas cosas. Pero una expresión titilaba en mi memoria,
"Caballos de madera". Asi le decian los aborigenes a los barcos. Toda
mi vida asumi que este tipo de expresiones (Bufalos de metal para los trenes,
Varas de trueno para los rifles) eran un signo de barbarie, o en el mejor de
los casos ignorancia. Signo de una cultura que jamas habian imaginado mas alla
de lo que veian en sus ojos, que no tenian capacidad de abstraccion para
comprender cualquier cosa que no tuviera los engranajes a la vista, que nunca
habían pispeado en la caverna de platon y su mundo de las ideas.
Pero despues me acorde que los aborigenes llegaban en un
momento a a manejar los barcos. Rapidamente descifraban sus mecanicas y
terminaban piloteandolos mejor que los conquistadores en algunos casos. Igual
que con los rifles, el metal, y tantas otras cosas. Pero aun asi seguían diciendo Caballos de
madera. Obviamente a este punto, ya comprendian que aquello no era un caballo.
Entendian que era otro ente sin relacion alguna, que no eran hermanos
engendrados por la misma madre, que tenian una función distinta. ¿Porque
entonces le seguian llamando asi? ¿Porque no acuñar una palabra para ese ente,
en vez de denominarlo en relacion a otras cosas?
Empeze a recordar que esta singularidad de su lenguaje se
extendia a todas sus palabras. No usaban términos concretos para
"arbol" o "lluvia", sino que siempre intentaban definirlos
como similar a algo, o la consecuencia de alguna causa superior. Ellos no
decían “horizonte” decían “allí donde el cielo abraza la tierra”. Ellos no
decían “rio”, decían “el agua que cae de la montaña”. Me di cuenta que, quizas
sin quererlo, estos aborigenes hablaban en metáforas, su lengua era la poesia.
Jamas buscaban terminos tecnicos, ni eficiencia en el lenguaje, jerarquizaban
el sentimiento por sobre la claridad, la esencia de la cosa por sobre sus
accidentes. Importaba mas que el arbol respirara que que midiera 7 metros.
Importaba mas que la cantidad de veces que veian amanecer el sol, que lo que
cualquier reloj les pudiera indicar.
Usaban un lenguaje abarcativo, relacionante. No podian
describir la lluvia sin el cielo, el calor sin el sol, las estrellas sin la
luna. Es cierto, esto les dificultaba discutir conceptos, aislar ideas y
construir una realidad abstracta, pero eso no les interesaba. Ellos vivian y
hablaban como si de verdad todo estuviera conectado, no entendian la necesidad
o aun mas, el deseo del hombre moderno, de fragmentar la realidad para
entenderla. Ellos encontraban el entendimiento en el todo, cuando algo formaba
parte del mundo. Que horror debe parecerles el método científico de aislar un
objeto de todas sus variables para encontrar su propósito, creyendo que tiene
uno cuando esta desnudo. Que equivocada les debe resultar nuestra ciencia, con
nuestros microscopios y disecciones, siempre cavando para encontrar que caldera
es la que mueve todas estas cosas. Quizas para ellos somos como imanes, y yo
solo me muevo porque vos estas cerca, porque vos estas sentado en esa silla.
Saltando conclusiones mientras seguia en la ducha,
derrochando agua como siempre, entendi que esta fasceta de su lenguaje se
traducia en su filosofia de vida. Recorde la carta del jefe Sealth, que me
hicieron leer en el colego secundario, y es de esas cosas que no te olvidas
jamas como si lo haces con las formulas derivativas de matematica. El era un
aborigen norteamericano que le envio una carta al presidente estadounidense, quien
se "ofrecia" a comprar sus tierras. Sealth respondio, "Como
podes comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? La idea nos es extraña.
Nosotros no somos dueños de la frescura del aire, del resplandor del agua. Como
puedes comprarnos eso?" Ellos no eran capaces de fragmentar el mundo, de
parcelarlo y venderlo. Solo asi es que podemos nosotros hacerlo, el todo nos da
miedo, nos parece indomable. Necesitamos trazar lineas, dibujar mapas y
fronteras para sentirnos superiores. Que miedo que esconde esa actitud. Que
ilusión tan grande.
Imaginen como seria vivir como viven estos aborigenes. En
vez de distanciarnos de los objetos con nombres y definiciones, llamarlos por
lo que son, por lo que despiertan en nosotros. Si llamaramos a los edificios
panales de gente, arboles de hormigón, alfileres de gigantes. Si llamaramos a
los colectivos jaurias en ruedas. Si hablaramos del sol como la canica de dios,
el ojo de un titan, una linterna a la deriva, que tanto mas sagradas serian las
cosas, que tanto mas respeto le tendriamos al mundo, en vez de creer que lo
conocemos por saber su nombre, por saber pronunciarlo, que tanto menos
asumiriamos. Pero ya tengo los dedos arrugados como cuando era chico y no
queria salir de la bañadera, asi que mejor apago la ducha y dejo de pensar. Al
menos hasta mañana.