martes, 30 de marzo de 2010

Choque

Comienza con una sospecha que desestimamos. Sigue en un rumor dicho en voz baja. Avanza a una especie de tabu en las conversaciones, pero obligatorio en los susurros. Evoluciona a un tema hablado entre fallidos intentos de disimular la incomodidad que provoca. Muta en miradas perturbadas y pasos apurados. Desencadena en panico general.

Antes de darnos cuenta la gente ya corre agitando los brazos, desconociendo si deberian estar huyendo de algo o intentado llegar a otro lugar. Cuando decidimos prestar atencion nos damos cuenta que nos estan gritando que nos preparemos para el choque,
la colision ya es inminente.

Horrorizados nos aferramos al suelo para intentar conservar lo que somos por el mayor tiempo posible. Vemos como nos aproximamos al umbral a velocidad de crusero, y nos aferramos a las tablas del piso al observar los desesperados intentos de otros de atarse a todo lo que encuentren. Nos estremecemos al comprobar que la sombra de este umbral ya nos cubre, y cerramos los ojos preguntandonos que tan fuerte sera el impacto. Pero no sentimos nada y nos paramos con cautela. Nos palpamos, esperando encontrarnos mas altos quizas, o convertidos en hombres,
pero solo envejecimos unos segundos.

Miramos confundidos a las personas que pretenden haberse caido por la conmocion, y a los que caminan con fingido aire de renovacion y madurez. Llegamos a ver a uno que no se ato a nada, y se rie por lo bajo de esta gran coreografia.


Observamos a nuestro alrededor, los cuadros siguen en su lugar y los libros de la infancia no fueron reemplazados por gruesos tomos polvorientos. Incluso estan nuestras canicas en un rincon, esperando que volvamos a jugar con ellas algun dia.

2 comentarios:

  1. Me gusta. Mucho. Como ya te dije, lo había leído en tu facebook. Un beso :)

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  2. Muy bueno Francisco, me gustó mucho lo que hacés.
    Te felicito.

    Cariños!

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Hablame, quiero saber que pasa por tu cabeza.